miércoles, 26 de septiembre de 2007

O solpor dos deuses

Déixovos na compaña dun personaxe un tanto excéntrico. Hai un ano agardaba na suite dun hotel a un grupo de periodistas e, como se retrasaban, comezou a impacientarse e chimpouse dende o sétimo andar á piscina. Saiu ileso. Sen mais, outra peripecia súa:

"...Otro que necesita medicación, y con urgencia, es Charly García. El que liderara el rock argentino durante un par de décadas parece estar cada día un poco más "p'allá" y cada intervención pública (incluso algunas privadas) se convierte en escándalo. El último lo protagonizó en el segundo de sus conciertos previstos la semana pasada en la sala La Trastienda, de Buenos Aires. Bajo el nombre de Olvídate del rock nacional, García iba a tocar en un ambiente que debía reflejar el clima de un estudio de grabación, así iba a presentar Kill gill, ese disco que nunca termina de editarse pero que lleva meses circulando por la Red. En su estilo, se presentó al local ¡cuatro horas tarde! A esa hora casi no había público (lógico) pese a lo cual el artista comenzó el concierto y ya no quería bajar del escenario, pretendiendo tocar toda la noche. La seguridad del local lo bajó y todos se liaron a golpes, incluyendo a la banda de músicos chilenos que acompañaba a Charly. El representante de los chilenos aseguró que "la situación se convirtió en un serio incidente que terminó con Charly García lesionado, y retirado por personal médico que acudió al recinto". Por su lado, los responsable de la sala, aseguraban que ésta se desalojó a las 3:30 de la madrugada después de que "Charly había partido del lugar y regresado varias veces. Una vez que el escaso público que quedaba ya estaba fuera del lugar, García ingresó diciendo que iba a seguir tocando. (...) El músico revoleó varios instrumentos y ahí fue donde actuó la seguridad". Cualquiera habría comprendido que la noche siguiente no habría concierto, pero Charly García es mucho Charly García y 24 horas después allí estaba, desplazándose en una limusina, con la cara hinchada (se supone que de un golpe recibido en el incidente) y pintada de azul, rojo y blanco, frente a una Trastienda cerrada. Sólo le esperaban algunos fans y un grupo de periodistas; dirigiéndose a estos últimos les gritó: "¿Encima que me pegaron suspendieron el recital? Me pegan a mí porque tengo talento y ustedes son una manga de burros". García se marchó en su lujoso coche, pero dio la vuelta a la manzana, regresó, regaló una botella de champán a los fans y les dijo: “A este lugar, loco, lo tienen que demoler. ¡La Trastienda, un sucucho [antro]! Yo no hago denuncia, no soy un botón [delator], pero mi ejército... ¡Rompan todo!”. Los seguidores, con más sentido común que nuestro antaño admirado rockero, no rompieron nada y se limitaron a aplaudirle. Lo dicho: medicación con urgencia para Charly."

Mércores, 26 de setembro de 2007

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