Costumbrismo en El Progreso

"En la mañana de hoy he procedido a leer muchas buenas cosas y variadas noticias y nuevas de Lugo nuestra ciudad. En las reuniones de maitines de la Plaza Mayor un señor muy agradable nos ha atendido gentilmente. Yo he pedido un agua mineral con gas y mi compañera un café y también le rogamos encarecidamente nos trajera unas patatitas fritas. A continuación hemos tenido el gusto de saludar al obispo, qué malito está, pobre, y después hemos visto de lejos a Conchita, y a Manolita, y al señor alcalde, que aunque bueno, no es lo mismo que nuestro Joaquincito. He leído las incisivas y eruditas opiniones de Josito de Cora, ¡qué hombre capaz! Está enfriando el tiempo y también he visto en la sección de meteorología muchos soles que de momento nos acompañarán el fin de semana. También hablamos de los nietos, que uno ya se nos casa y el otro se fue ya para Pamplona, a hacer Derecho, como su padre, como el abuelo. Cómo va el país, y los nacionalistas se van a cargar esta nuestra querida región, pues una, aunque no sabe de política, añora a Manu, qué vinos y cuántas risas en Serrano y Huertas, en Madrid, los sesenta, qué años. Bueno, y ya he visto en las casetas del pulpo a los cuñados de la chica que limpia en casa de mi ahijada, que ellos son de Castroverde, gente muy trabajadora. También he disfrutado con la pluma grácil y elegante de la señora Pilar Cernuda, hay que ver, ¡qué inteligencia! Porque se empeñan en cambiar las cosas y tienen razón que no, que eso si no se toca mucho mejor. ¿O no estamos tú y yo muy bien aquí en las terrazas de la Plaza de España? Qué escándalo lo de Pepe Cacharro, y qué entrevista a un hombre de Estado en las páginas de local, y bueno, ¿qué te cuento, te cuento el pregón de la señorita Rivera? Divina, divina, ha salido al padre. Ay, que me olvidaba de comentarte que leí también que había muerto el marido de Encarnita, la del Puente, ya iba mayorcito, qué mala pata. Y no te lo pierdas, en hemeroteca, hace cuarenta años, baile en el Círculo de las Artes, qué guapos estábamos todos, derramé algunas lágrimas, y es que da tanta pena..." E así, na grande sala de anestesia do noso diario local, embriáganse con etanol impreso as xentes da cidade, e todo é mais bonito cando chega o outono, paseando pola Praza Maior.